Mitos sobre la alimentación húmeda en gatos
- Katucan
- 4 ene 2019
- 3 Min. de lectura

La alimentación húmeda en el gato supone beneficios para la salud en el manejo del sobrepeso así como la disminución del riesgo de alteraciones urinarias.
Las opciones comerciales para la alimentación del gato incluyen alimentos secos y alimentos húmedos. Hay muchas formas de alimentos húmedos para gatos, con diferentes texturas y presentaciones, mousse, sobrecitos, trocitos, etc. Esto es muy positivo a la hora de encontrar un alimento con el que el gato disfrute y en consecuencia el propietario también. Pero algunos propietarios pueden ver estos alimentos como un premio o una recompensa ocasional y no conocen los potenciales beneficios que su administración diaria puede tener en su gato, además de gustarle mucho.
Mito 1: los productos húmedos no alimentan como los secos
Los alimentos se clasifican según sean alimentos completos o complementarios. Un alimento completo es un alimento que por su composición aporta todos los nutrientes y energía necesarios para el gato por sí solo. Es decir, cuando este alimento se administra de forma exclusiva, aporta todos los nutrientes necesarios de forma equilibrada.
Un alimento complementario no cubre las necesidades nutricionales de un gato o perro y aporta solamente algunos nutrientes. Ejemplos de ello son los snacks o las galletas. Esta especificación de completo o complementario es la información más importante y de obligada aparición en todas las etiquetas de productos para gatos. El propietario no siempre es conocedor de estas categorías y sus implicaciones para la salud del animal, con lo que es importante explicárselo y ayudarle a verificar que el alimento que está dando es completo y equilibrado para la especie y características de su animal, comprobándolo en la etiqueta.
Los alimentos húmedos completos pueden formar parte de la dieta diaria del gato de manera exclusiva o en combinación con alimento seco (alimentación mixta). Cuando incorporamos el alimento húmedo a la ración diaria del gato debemos ajustar las cantidades de alimento seco que ofrecemos para no dar de más y evitar que se engorde. Dar una latita o sobrecito equivale en energía a 17-24 g de alimento seco (según las calorías del alimento seco y del húmedo), con lo que si queremos administrar diariamente un sobrecito (85 g) a un gato disminuiremos la cantidad de alimento seco que le damos en 17 a 24 gramos, y si vamos a dar dos sobrecitos (mañana y noche, por ejemplo cuando el propietario está en casa) daremos entre 34 a 48 gramos menos de seco.
Mito 2: La comida húmeda es grasa y engorda
Por similitud en la textura con alimentos humanos como el paté o el fuagrás, que son ricos en grasa y cuyo consumo se recomienda con moderación, algunos propietarios creen que los alimentos húmedos para gatos también son grasos y le pueden hacer engordar. Esto no es así: la composición de un alimento húmedo puede ser variable y contener menos grasa que un alimento seco. En cantidades controladas el alimento húmedo no aumenta el riesgo de que el gato engorde; de hecho, favorece el manejo de aquellos gatos con tendencia a engordar y se recomienda en estos casos. ¿Por qué?

Menos calorías
Aporta menos calorías por el mismo volumen que el alimento seco (figura 1), ya que contiene más agua. Por ello, podemos ofrecer al gato raciones más grandes de comida diariamente sin dar más calorías. Esto va a favorecer que el animal esté más tiempo comiendo y el propietario no tenga la sensación de ofrecerle poca comida; así se evitará que le dé más (lo que llamamos efecto bol lleno).
Evita la sobrealimentación
Es más fácil sobrealimentar con alimento seco ya que es posible dejarlo disponible para el gato todo el día. Además, su densidad energética es alta y no se suele pesar cada día (el uso de vasos medidores puede ser inexacto). El alimento húmedo puede ayudar a los propietarios a alimentar menos y de forma más precisa a su gato: si tienen que dar un sobrecito o una latita es más difícil pasarse.
Efecto saciante
El alimento húmedo tiene un efecto saciante y favorece que el gato coma menos de forma voluntaria. En un estudio en el que se comparaba cuánto comían los gatos alimentados con alimento húmedo o alimento seco se observó que los gatos alimentados con comida húmeda comieron voluntariamente cerca de un 25 % menos de calorías que aquellos a los que se les ofreció alimento seco. Además, a lo largo de las tres semanas del estudio, los gatos alimentados con el producto húmedo perdieron peso.
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